NUNCA MAS




Desde niña que leo cuentos de terror. Siempre me gustaron. Hasta que leí una vez, cuando ya no era una niña, un libro que no era un cuento, era real. Y no era de esos libros para asustarse de miticas criaturas, de posesiones diabólicas o de hombres lobos.
Era el libro NUNCA MAS.
Monstruos reales que eran tan poderosos, que podían dominar todo un país.
Hechos tan sangrientos y morbosos, torturas que superaban cualquier degeneración imaginaria.
Todas aquellas bestias imaginarias de mis cuentos de niña, eran bebés de pecho al lado de Videla, Massera y demás personajes.
La Iglesia estaba con ellos, era su cómplice. Recuerdo que yo iba a una escuela de monjas en Flores en los años de la dictadura. En misa nos hacían rezar por Videla para que lo ilumine y saque el país adelante, y nosotras tiernas criaturas de primaria, no sabíamos lo que hacíamos.
Ninguna tortura, ningun acto de maldad de aquellos cuentos, eran como los que lei en el Nunca Más.
A qué escritor por mas degenerado o perverso que sea, por ejemplo, podia ocurrirsele torturas en el vientre de una mujer embarazada ? A que mente trastornada puede ocurrirsele los vuelos de la muerte o demás atrocidades?
Lo que le agregaba aún mas terror a la lectura de ese libro, era que ni siquiera, los militares tenian un lado vulnerable, como las bestias imaginarias. No habia antídotos, rezos, ni cruces que los frenen. Hasta había curas entre esos monstruos.
Nunca más, después de leerlo, sentí miedo con cuentos de terror.
Con el Nunca Más, aprendí lo que era el verdadero terror, porque los monstruos existen y pudieron dominar a todo un país.