En la familia siempre hay algun amor que merece ser recordado. Y qué mejor opción, para escribir que rescatar del olvido, aquellos amores del pasado?
Cómo olvidarme de mi tia Ester?
Lo único que queda como testigo de su amor prohibido, son dos platos antiguos de bronce labrados al estilo persa, colgados en la pared del comedor familiar, regalo de un enamorado.
Mi tía era muy bonita, piel blanca, ojos verdes y pelo negro. Pero su mirada melancólica le daba una apariencia especial. Se decia por ahí, que esa melancolía sería por no conocer a su padre o por las penurias de dejar su hogar en la provincia. Es que su madre, mi abuela Julia , madre soltera, se vino desde Entre Ríos con ella en los años 40 , a probar suerte trabajando, ya que su hermana Leonor se había instalado hace unos años en Buenos Aires, debido a que mantenía una relación con un Barón Biza. La vida en Gualeguay estaba difícil y la bisabuela había quedado viuda del Coronel Arenas, en el medio de la pobreza, así que las hermanas le enviaban dinero para el resto de sus hermanos.
Leonor tambien tenia dos hijos, Roberto y Pepe. No tardó el primero en enamorarse de su prima Ester. Y era mutuo. Sé que mi abuela no estaba en contra de ese amor, ella era muy comprensiva, humana y muy sabia, a pesar de no tener casi estudios debido a su vida campesina.
Pero su hermana, quien estaba cebada por su status de novia de un personaje de la alta sociedad, no iba a aceptar que a su sobrina se le dé por enamorar a su hijo.
Ester y Roberto empezaron jugando a ser novios, y luego los juegos se convirtieron en amor y ante el rechazo de la madre y tía, el amor se convirtio en amor a escondidas.
Ester estudió piano, y con mucho sacrificio, mi abuela le compro uno.
Me conto mi madre que su tia Leonor, recurrió a la brujeria para separar a los primos enamorados.
Un dia en el que llamaron al afinador, éste encontró debajo de la tapa de las clavijas del piano, un sapo disecado con la boca cosida. Mi abuela, sabiendo que eso era algo para hacer daño, abrió la boca del sapo y encontro una foto de Ester. Todos imaginaron quien fue, pero nadie se lo dijo y Leonor tampoco habló sobre el asunto jamás. A partir de eso, mi tía nunca mas quiso tocar el piano, el cual fue abandonado y vendido muchos años después.
Pero vaya a saber si por los poderes del sapo disecado o quizás algún metodo mas persuasivo por parte de su madre, consiguió que Roberto se case con una chica de alto nivel. Viajaban mucho a Europa y las veces que regresaban, el siempre traía regalos para todos, pero los mas costosos y especiales, eran para su prima . Ella nunca los aceptaba y se los dejaba en casa de su madre. Hasta que un día Roberto quedo viudo, y regresó de Europa con ganas de recuperar el tiempo perdido con su amor prohibido. Esta vez no dejaría que su madre decida sobre el. Trajo dos platos de bronce, que le llamaron la atención en una tienda de antigûedades de Italia.
Le dijeron que en el mundo hay siete de ellos y entre todos, cuentan una historia. Ester los aceptó y el le prometió que en su proximo viaje, le traería los platos faltantes. Juntos descifrarían la historia, ya que uno tenia un dibujo de dos soldados en un caballo y uno a pie; el otro tenía labrados a dos soldados, portando un racimo gigante de uvas; no parecían tener mucha relacion entre sí.
Pero Roberto no regresó jamás. En Europa tuvo un accidente de autos y falleció.
Tal vez, como dicen, las brujerías siempre le vuelven a quien las hace, pero atacando al que menos se imagina. Quién sabe que deseos tenía Leonor para con su sobrina, cuando introdujo la foto en el sapo. Y esos deseos luego pudieron haber sido la desgracia de su hijo.
Sólo quedan los dos platos de bronce como testigo de ese amor.........donde estarán los otros cinco platos perdidos que cierran la historia?

(La tia Leonor, posando para una revista de la alta sociedad de aquella época ya que era la novia de un Barón Biza)

(Gran parte de la familia materna en Entre Ríos, la tía Ester, es la segunda niñita de flequillito sentada en el piso)